Rayos X
1. Ellas son diez madres vencedoras del cáncer.
2. Ellas son: Maria Elena Satt, Aidita Mercado, Ana Luisa Arce, Eidy Catalá, Maely Middah, Verónica Estévez, Sandra Teodovich, Lorena Méndez, Susana Rubí y Fabiola Bruno.
3. Carly Banegas tomó las fotografías.
Sociales Vip quiso homenajear a muchas madres que en nuestro país, cada año reciben la noticia que les cambia la vida de manera drástica: cáncer. Esta enfermedad no solo afecta la salud física sino pone a prueba los cimientos de la estabilidad emocional afectando a la familia, el trabajo y todo su entorno.
Cuando se trata de una madre, el escenario de esta enfermedad se magnífica por el valor que tiene para los hijos y por el miedo que les produce a ellas no poder protegerlos. Son historias duras que para algunas afortunadamente tuvieron un final feliz. Es por eso que elegimos a un grupo de diez jóvenes madres que nos cuentan sus historias de lucha y de victoria frente a esta terrible enfermedad. Son mujeres que aunque salieron vencedoras en su cruzada, ya no volverán a ser las mismas. Muchas de ellas lloraron, patalearon y se preguntaron por qué a ellas, pero sacaron fuerzas de su flaqueza, salieron victoriosas y hoy nos cuentan su historia.
Ahora cada que tienen la oportunidad, son portadoras de esperanza para miles de mujeres que cada año son diagnosticadas con esta terrible enfermedad y aprovechan su experiencia para concienciar a otras mujeres de su entorno sobre la importancia de hacerse los controles necesarios para prevenir y realizar un tratamiento a tiempo, considerando que en nuestro país presenta una de las tasas de mortalidad más altas de la región, y es el último en la lucha contra el cáncer según estudios como el de ‘The Economist Intelligence Unit, publicado en 2017’. Ellas nos contagian su esperanza, su positivismo y su lucha por salir adelante, por eso les decimos ¡Feliz día de las madres, vencedoras!.
Rayos X
1. Ellas son diez madres vencedoras del cáncer.
2. Ellas son: Maria Elena Satt, Aidita Mercado, Ana Luisa Arce, Eidy Catalá, Maely Middah, Verónica Estévez, Sandra Teodovich, Lorena Méndez, Susana Rubí y Fabiola Bruno.
3. Carly Banegas tomó las fotografías.
Sociales Vip quiso homenajear a muchas madres que en nuestro país, cada año reciben la noticia que les cambia la vida de manera drástica: cáncer. Esta enfermedad no solo afecta la salud física sino pone a prueba los cimientos de la estabilidad emocional afectando a la familia, el trabajo y todo su entorno.
Cuando se trata de una madre, el escenario de esta enfermedad se magnífica por el valor que tiene para los hijos y por el miedo que les produce a ellas no poder protegerlos. Son historias duras que para algunas afortunadamente tuvieron un final feliz. Es por eso que elegimos a un grupo de diez jóvenes madres que nos cuentan sus historias de lucha y de victoria frente a esta terrible enfermedad. Son mujeres que aunque salieron vencedoras en su cruzada, ya no volverán a ser las mismas. Muchas de ellas lloraron, patalearon y se preguntaron por qué a ellas, pero sacaron fuerzas de su flaqueza, salieron victoriosas y hoy nos cuentan su historia.
Ahora cada que tienen la oportunidad, son portadoras de esperanza para miles de mujeres que cada año son diagnosticadas con esta terrible enfermedad y aprovechan su experiencia para concienciar a otras mujeres de su entorno sobre la importancia de hacerse los controles necesarios para prevenir y realizar un tratamiento a tiempo, considerando que en nuestro país presenta una de las tasas de mortalidad más altas de la región, y es el último en la lucha contra el cáncer según estudios como el de ‘The Economist Intelligence Unit, publicado en 2017’. Ellas nos contagian su esperanza, su positivismo y su lucha por salir adelante, por eso les decimos ¡Feliz día de las madres, vencedoras!.
Ana Luisa Arce de Terceros (55), quien es la actual presidente de la Asociación Pro Arte y Cultura, APAC e investigadora Histórico – Musical. Es la guerrera quien venció el cáncer y forma parte del especial del Día de La Madre de Sociales Vip. Es madre de cuatro hijos: Mario (29), Diego (28), Sofía (24) y Andrés (22).
Desde el momento en que recibió el diagnóstico de su enfermedad hasta que terminó con los tratamientos, pasaron 9 meses en los que aprendió a ver la vida desde otra perspectiva. Cualquier enfermedad grave, nos enfrenta a la realidad de que somos mortales y de que hoy estamos y mañana no sabemos. Y por ello, el mayor aprendizaje es; sin duda, darle importancia a las cosas que de verdad lo son. Para Ana Luisa, ser madre sobre todo después de haber superado el cáncer, ha sido una oportunidad para compartir con sus hijos la importancia de la esperanza, del optimismo, de la fe, del valor para enfrentar momentos de adversidad en familia. Ha sido un aprendizaje para todos!.
Ana Luisa Arce de Terceros (55), quien es la actual presidente de la Asociación Pro Arte y Cultura, APAC e investigadora Histórico – Musical. Es la guerrera quien venció el cáncer y forma parte del especial del Día de La Madre de Sociales Vip. Es madre de cuatro hijos: Mario (29), Diego (28), Sofía (24) y Andrés (22).
Desde el momento en que recibió el diagnóstico de su enfermedad hasta que terminó con los tratamientos, pasaron 9 meses en los que aprendió a ver la vida desde otra perspectiva. Cualquier enfermedad grave, nos enfrenta a la realidad de que somos mortales y de que hoy estamos y mañana no sabemos. Y por ello, el mayor aprendizaje es; sin duda, darle importancia a las cosas que de verdad lo son. Para Ana Luisa, ser madre sobre todo después de haber superado el cáncer, ha sido una oportunidad para compartir con sus hijos la importancia de la esperanza, del optimismo, de la fe, del valor para enfrentar momentos de adversidad en familia. Ha sido un aprendizaje para todos!.
Eidy Catalá Suárez en 2014 recibió la noticia de que tenía cáncer de seno. Aunque ya pasó lo peor de su enfermedad, continua medicada con Tamoxifeno y en agosto de este año le dirán si continuará el tratamiento. A partir de esta enfermedad se declara una eterna aprendiz. Para ella tener cáncer, además del dolor, fue una oportunidad para desear elegir el camino de la fe y la esperanza, de ser feliz, de disfrutar cada día y verlo todo como un milagro.
“Camino con la enfermedad, con la circunstancia, con la vida y elijo ser feliz”, dice. La enfermedad también le enseñó una nueva manera de ser madre de sus hijos María José (22) y Santiago (11). “Aprendí a verlos desde perspectiva diferente, a verlos desde el amor, a valorar sus cualidades y otros aspectos de los que no era consciente”, confiesa.
Luego de superar su enfermedad entendió que por más que se angustie hay cosas que no puede cambiar.
Eidy Catalá Suárez en 2014 recibió la noticia de que tenía cáncer de seno. Aunque ya pasó lo peor de su enfermedad, continua medicada con Tamoxifeno y en agosto de este año le dirán si continuará el tratamiento. A partir de esta enfermedad se declara una eterna aprendiz. Para ella tener cáncer, además del dolor, fue una oportunidad para desear elegir el camino de la fe y la esperanza, de ser feliz, de disfrutar cada día y verlo todo como un milagro.
“Camino con la enfermedad, con la circunstancia, con la vida y elijo ser feliz”, dice. La enfermedad también le enseñó una nueva manera de ser madre de sus hijos María José (22) y Santiago (11). “Aprendí a verlos desde perspectiva diferente, a verlos desde el amor, a valorar sus cualidades y otros aspectos de los que no era consciente”, confiesa.
Luego de superar su enfermedad entendió que por más que se angustie hay cosas que no puede cambiar.
Verónica Estévez es gerente general en una empresa internacional de servicios petroleros. En agosto de 2013 fue operada de cáncer y en octubre de 2014 terminó su tratamiento de quimioterapia y radioterapia. Fueron épocas muy difíciles no solo por el dolor físico sino por el emocional. Sin embargo, en este periodo de prueba conoció una nueva manera de compartir amor con sus seres queridos, especialmente sus hijos Maria Laura y Leonardo Coimbra, que fueron un pilar inimaginable para ella. Ellos organizaron sus horarios de universidad y trabajo para acompañarla en sus sesiones de tratamiento. “Dios fue y es tan grande que me mostró lo magníficos que son mis dos hijos. Hoy en día somos muy unidos, hacemos muchas cosas en común”, dice Verónica. No obstante, después de superar el cáncer asecha el temor de heredarles la enfermedad a sus hijos. Pese a todo, la mayor enseñanza que el cáncer le dejó fue “perdonar y ser feliz”.
Verónica Estévez es gerente general en una empresa internacional de servicios petroleros. En agosto de 2013 fue operada de cáncer y en octubre de 2014 terminó su tratamiento de quimioterapia y radioterapia. Fueron épocas muy difíciles no solo por el dolor físico sino por el emocional. Sin embargo, en este periodo de prueba conoció una nueva manera de compartir amor con sus seres queridos, especialmente sus hijos Maria Laura y Leonardo Coimbra, que fueron un pilar inimaginable para ella. Ellos organizaron sus horarios de universidad y trabajo para acompañarla en sus sesiones de tratamiento. “Dios fue y es tan grande que me mostró lo magníficos que son mis dos hijos. Hoy en día somos muy unidos, hacemos muchas cosas en común”, dice Verónica. No obstante, después de superar el cáncer asecha el temor de heredarles la enfermedad a sus hijos. Pese a todo, la mayor enseñanza que el cáncer le dejó fue “perdonar y ser feliz”.
A finales de 2016 le diagnosticaron cáncer y desde entonces pasó por todas las etapas del tratamiento. “La enfermedad definitivamente nos fortalece, superamos cosas inimaginables por aferrarnos a la vida y salir triunfantes en esta batalla, no somos culpables de las cosas desagradables con las que nos sorprende la vida, pero sí de la forma como enfrentamos estas situaciones”. Sandra es madre de Alejandra y Andrés y aun hoy recuerda que cuando se enteró la noticia con su esposo se propusieron hacer lo que sea para que sus hijos tuvieran la menor repercusión negativa posible en sus vidas. La relación con sus hijos siempre fue muy estrecha e hizo todo lo posible para que el cáncer no afecte su relación. “Gracias a Dios compartimos bastante, todos los días les digo que los amo, los bendigo y les pido que no se frustren cuando algo no sale como querían” .Después del cáncer volvió a jugar tenis, deporte que le permitió recuperar su estado físico.
A finales de 2016 le diagnosticaron cáncer y desde entonces pasó por todas las etapas del tratamiento. “La enfermedad definitivamente nos fortalece, superamos cosas inimaginables por aferrarnos a la vida y salir triunfantes en esta batalla, no somos culpables de las cosas desagradables con las que nos sorprende la vida, pero sí de la forma como enfrentamos estas situaciones”. Sandra es madre de Alejandra y Andrés y aun hoy recuerda que cuando se enteró la noticia con su esposo se propusieron hacer lo que sea para que sus hijos tuvieran la menor repercusión negativa posible en sus vidas. La relación con sus hijos siempre fue muy estrecha e hizo todo lo posible para que el cáncer no afecte su relación. “Gracias a Dios compartimos bastante, todos los días les digo que los amo, los bendigo y les pido que no se frustren cuando algo no sale como querían” .Después del cáncer volvió a jugar tenis, deporte que le permitió recuperar su estado físico.
Maria Elena es abogada y madre de dos hijos que son su razón de lucha y su razón de vida. Durante el recorrido del duro camino que es el cáncer, lo único que le pedía a Dios era que le otorgue larga vida y mucha salud para así poder seguir al lado de su esposo e hijos, para poder verlos crecer y desarrollarse en cada etapa de sus vidas. “Ahora intento vivir intensamente cada logro de ellos, apoyarlos y demostrarles que ante las mayores dificultades hay soluciones simples”. En 2017 le diagnosticaron cáncer de seno y ese mismo año le realizaron una cirugía que sería la primera de cuatro que le realizaron. Desde aquel día se realiza controles cada mes. “Lo cierto es que ante un sufrimiento tan grande como el vivido por tener esta enfermedad, uno cambia y aprende muchas cosas... cosas como apegarse más a Dios, también el valorar más a los seres queridos como son mi esposo e hijos; me hizo darme cuenta que uno cuenta con amistades que son realmente tu familia”.
Maria Elena es abogada y madre de dos hijos que son su razón de lucha y su razón de vida. Durante el recorrido del duro camino que es el cáncer, lo único que le pedía a Dios era que le otorgue larga vida y mucha salud para así poder seguir al lado de su esposo e hijos, para poder verlos crecer y desarrollarse en cada etapa de sus vidas. “Ahora intento vivir intensamente cada logro de ellos, apoyarlos y demostrarles que ante las mayores dificultades hay soluciones simples”. En 2017 le diagnosticaron cáncer de seno y ese mismo año le realizaron una cirugía que sería la primera de cuatro que le realizaron. Desde aquel día se realiza controles cada mes. “Lo cierto es que ante un sufrimiento tan grande como el vivido por tener esta enfermedad, uno cambia y aprende muchas cosas... cosas como apegarse más a Dios, también el valorar más a los seres queridos como son mi esposo e hijos; me hizo darme cuenta que uno cuenta con amistades que son realmente tu familia”.
Madre de Carlos Eduardo de 22 años y Noelia de 15, entre el 2015 y 2017 le tocó hacer frente al cáncer, que llegó para poner a prueba toda su fortaleza.
Ahora que ya está sana, Aidita siente una gran satisfacción de haber superado el cáncer de mama en dos oportunidades y gozar el privilegio de la vida que es un regalo de Dios.
Esta diseñadora gráfica de 43 años, encargada de ventas de la Juguetería La Ganga, esta muy segura de que hay un antes y un después del cáncer.
“Un cáncer te hace valorar a tus seres queridos y gozar a cada instante y a plenitud cada momento de la vida”, asegura.
También cree que en el proceso para superar la enfermedad, fue de gran importancia el apoyo incondicional de su madre y sus seres queridos que estuvieron animándola. “Cuando existe amor no existen los imposibles, ni penas y miedos que valgan”.
Madre de Carlos Eduardo de 22 años y Noelia de 15, entre el 2015 y 2017 le tocó hacer frente al cáncer, que llegó para poner a prueba toda su fortaleza.
Ahora que ya está sana, Aidita siente una gran satisfacción de haber superado el cáncer de mama en dos oportunidades y gozar el privilegio de la vida que es un regalo de Dios.
Esta diseñadora gráfica de 43 años, encargada de ventas de la Juguetería La Ganga, esta muy segura de que hay un antes y un después del cáncer.
“Un cáncer te hace valorar a tus seres queridos y gozar a cada instante y a plenitud cada momento de la vida”, asegura.
También cree que en el proceso para superar la enfermedad, fue de gran importancia el apoyo incondicional de su madre y sus seres queridos que estuvieron animándola. “Cuando existe amor no existen los imposibles, ni penas y miedos que valgan”.
A sus 46 años Maely Middagh de Gónzalez es una vencedora del cáncer. Mamá de un varón de 18 y una niña de 12 años, para ella la maternidad le permitó ver la vida de manera diferente, más aún después de sufrir de cáncer y superar esta enfermedad. El vencer al cáncer le permitió disfrutar más de esta nueva oportunidad que le da la vida. “Fue volver a nacer, volver a disfrutar de la sensasión de la maternidad y de poner más énfasis en los detalles de la vida, de cosas que antes pasaba por alto”, dice. La noticia del cáncer la recibió en la madurez de su vida, cuando pensaba que había conseguido muchas cosas. Desde que le dieron el diagnóstico transcurrió un año hasta completar el tratamiento. Fue un periodo muy duro y de mucha prueba, pero le dejó una gran fortaleza emocional. “Ahora se que nada de lo que vemos por fuera tiene valor, ni el cabello, ni la vestimenta, ni la imagen. Lo único que vale es nuestra esencia, nuestro corazón” .
A sus 46 años Maely Middagh de Gónzalez es una vencedora del cáncer. Mamá de un varón de 18 y una niña de 12 años, para ella la maternidad le permitó ver la vida de manera diferente, más aún después de sufrir de cáncer y superar esta enfermedad. El vencer al cáncer le permitió disfrutar más de esta nueva oportunidad que le da la vida. “Fue volver a nacer, volver a disfrutar de la sensasión de la maternidad y de poner más énfasis en los detalles de la vida, de cosas que antes pasaba por alto”, dice. La noticia del cáncer la recibió en la madurez de su vida, cuando pensaba que había conseguido muchas cosas. Desde que le dieron el diagnóstico transcurrió un año hasta completar el tratamiento. Fue un periodo muy duro y de mucha prueba, pero le dejó una gran fortaleza emocional. “Ahora se que nada de lo que vemos por fuera tiene valor, ni el cabello, ni la vestimenta, ni la imagen. Lo único que vale es nuestra esencia, nuestro corazón” .
Ella es la directora de Marketing de Tortas Dolly y en 2009 fue diagnosticada con cáncer de tiroides. Pasó por dos cirugías en cuestión de diez días y estuvo en tratamiento con yodo radiactivo y hormonas. El proceso total del tratamiento duró más de tres años y aún hoy, continua realizándose chequeos y controles médicos. Lorena también es madre de Adrián (16) y Gabriel (11) que fueron un gran apoyo durante su enfermedad. “Es por ellos que supe afrontar todo ese proceso del cáncer con optimismo, y con toda confianza y fe que saldría bien”, dice. Cuando recibió la noticia del cáncer, su último hijo era un bebé, ahora recuerda que la noticia la dejó perpleja y que deseaba con tu su alma seguir siendo su madre para verlos crecer. Luego con el tratamiento, tenía que estar aislada de la gente sobre todo de los niños por lo fuerte que era el tratamiento. “No me podía acercar a mis hijos, mi esposo los llevaba “de paseo” a donde yo estaba y yo los miraba desde la ventana”, dice.
Ella es la directora de Marketing de Tortas Dolly y en 2009 fue diagnosticada con cáncer de tiroides. Pasó por dos cirugías en cuestión de diez días y estuvo en tratamiento con yodo radiactivo y hormonas. El proceso total del tratamiento duró más de tres años y aún hoy, continua realizándose chequeos y controles médicos. Lorena también es madre de Adrián (16) y Gabriel (11) que fueron un gran apoyo durante su enfermedad. “Es por ellos que supe afrontar todo ese proceso del cáncer con optimismo, y con toda confianza y fe que saldría bien”, dice. Cuando recibió la noticia del cáncer, su último hijo era un bebé, ahora recuerda que la noticia la dejó perpleja y que deseaba con tu su alma seguir siendo su madre para verlos crecer. Luego con el tratamiento, tenía que estar aislada de la gente sobre todo de los niños por lo fuerte que era el tratamiento. “No me podía acercar a mis hijos, mi esposo los llevaba “de paseo” a donde yo estaba y yo los miraba desde la ventana”, dice.
Fabiola tiene muchos roles, comunicadora, pintora, madre y esposa, pero ser madre para ella, tiene un significado espiritual tan grande que resulta ser independiente de cualquier circunstancia o situación vivida, sea esto una grave enfermedad o una crisis profunda. “El cáncer lo único que puede cambiar es acelerar las vivencias, pues al no saber cuánto tiempo nos queda, queremos condensar nuestro amor. Queremos entregar todo el amor que tenemos en un minuto. Pensar en nuestros hijos nos lleva más allá de las fronteras marcadas por el miedo, la angustia o lo desconocido, y nutre de inmensa fortaleza a nuestro espíritu”. Eso le tocó vivir cuando le diagnosticaron de cáncer, dos años después de haberse casado por segunda vez con su esposo Fabio Zambrana y haberse prometido disfrutar al máximo todas las vivencias familiares. “Después de un año y dos meses retorné con uno de los regalos más bellos que me ha dado Dios: la experiencia de saber que André y Fabio, jamás me abandonaron”.
Fabiola tiene muchos roles, comunicadora, pintora, madre y esposa, pero ser madre para ella, tiene un significado espiritual tan grande que resulta ser independiente de cualquier circunstancia o situación vivida, sea esto una grave enfermedad o una crisis profunda. “El cáncer lo único que puede cambiar es acelerar las vivencias, pues al no saber cuánto tiempo nos queda, queremos condensar nuestro amor. Queremos entregar todo el amor que tenemos en un minuto. Pensar en nuestros hijos nos lleva más allá de las fronteras marcadas por el miedo, la angustia o lo desconocido, y nutre de inmensa fortaleza a nuestro espíritu”. Eso le tocó vivir cuando le diagnosticaron de cáncer, dos años después de haberse casado por segunda vez con su esposo Fabio Zambrana y haberse prometido disfrutar al máximo todas las vivencias familiares. “Después de un año y dos meses retorné con uno de los regalos más bellos que me ha dado Dios: la experiencia de saber que André y Fabio, jamás me abandonaron”.
Susana es madre de Sebastian e Isabella. Ser madre de estos dos niños fue la bendición más grande que Diosle le dio, un milagro de la vida en el que ella acompaña el crecimiento de sus hijos, guiándolos con sabiduría.
A finales de 2010 se enteró que tenía cáncer, por entonces sus hijos eran muy pequeños lo cual fue favorable ya que se dieron poca cuenta de la enfermedad y estaban rodeados de amor por la familia.
“Quizá pueden haber sentido momentos de tristeza pero yo siempre tenía una sonrisa y abrazos para ellos”.
Luego de superar la enfermedad, se dio cuenta que que la vida esta hecha de momentos, que cada día es un regalo, una oportunidad de decidir ser feliz con la familia, con los amigos, a descomplicarse por cosas que no son trascendentes”, dice esta mujer que hoy se define como enamorada de la vida. “Descubrí en mi la fortaleza de sobrellevar y salir adelante ante situaciones difíciles“.
Susana es madre de Sebastian e Isabella. Ser madre de estos dos niños fue la bendición más grande que Diosle le dio, un milagro de la vida en el que ella acompaña el crecimiento de sus hijos, guiándolos con sabiduría.
A finales de 2010 se enteró que tenía cáncer, por entonces sus hijos eran muy pequeños lo cual fue favorable ya que se dieron poca cuenta de la enfermedad y estaban rodeados de amor por la familia.
“Quizá pueden haber sentido momentos de tristeza pero yo siempre tenía una sonrisa y abrazos para ellos”.
Luego de superar la enfermedad, se dio cuenta que que la vida esta hecha de momentos, que cada día es un regalo, una oportunidad de decidir ser feliz con la familia, con los amigos, a descomplicarse por cosas que no son trascendentes”, dice esta mujer que hoy se define como enamorada de la vida. “Descubrí en mi la fortaleza de sobrellevar y salir adelante ante situaciones difíciles“.